Muchos de los miles cántabros y asturianos que se embarcaron en el siglo XIX a hacer las Américas, volvieron pasado el tiempo a su tierra natal.
Se les llamó indianos y algunos de ellos volvieron habiendo logrado hacer fortuna dejando buena constancia de su riqueza levantando edificios suntuosos de uso público como privado.
Llegados a sus pueblos de origen, estos hombres hechos a sí mismos, se construyeron palacetes donde retirarse a vivir de las rentas del dinero logrado con las plantaciones de tabaco o las minas de carbón.
Dejando así un gran legado en arquitectura, cultura y tradición Cántabra.
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Puerta Principal , Las Golondrinas de Cillero
Las Golondrinas de Cillero, Portón principal
Arquitectura Indiana
El estilo arquitectónico de las casas de indianos es un tanto ecléctico. No obstante todas ellas pretendían llevar las comodidades y avances de las grandes ciudades al entorno rural donde nacieron sus dueños. Estos palacetes (muchos de ellos pintados de vivos colores) fueron los primeros de la zona en tener cuarto de baño, calefacción, agua corriente y luz eléctrica. Y no solía faltar la palmera en el jardín, sin duda una evocación del éxito obtenido en las aventuras de ultramar.
La arquitectura de los indianos en Cantabria, es decir, aquella que se construye con los capitales generados en tierras indianas o americanas, forma parte del paisaje de la región, y su estética es testimonio de un dilatado proceso histórico, de cinco largos siglos, en los que la población cántabra encontró en la emigración trasatlántica un mundo lleno de posibilidades.
Para unos la supervivencia; para otros burócratas, militares y clérigos un amplio campo profesional; para los comerciantes la ampliación de sus redes mercantiles; para los más, un sueño, el de conseguir mejorar su calidad de vida y la de los suyos.
Aquellos que lo lograron no se olvidaron de su tierra. El patrimonio que dejaron habla de ello: asilos, hospitales, pósitos, iglesias, puentes, traídas de aguas, carreteras, fábricas y escuelas. Una aportación de los indianos a su patria local que, junto a las remesas enviadas y los capitales retornados con ellos, ayudó al desarrollo y modernización de Cantabria.